01. Nivel de suficiencia en Finanzas Personales

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Este post es para ti Ariana. Supongo que podría haberte dicho todo esto en persona. Y en verdad espero poder hacerlo. Dado que todavía tienes nueve años, probablemente no entenderás mucho de lo que te voy a contar aquí. Y definitivamente eso no significa que no pueda empezar a hablarte de finanzas a tu edad. Pero este post va más allá y espero que sea tu guía de aquí a unos años. E incluso la mía para poder hacerte de mentor, y a la vez mi hoja de ruta financiera. Sin duda no tengo todas las respuestas en estos momentos, pero creo haber aprendido lo suficiente como para aconsejarte lo principal que debieras saber sobre el uso del dinero. Ojalá en el colegio hubiera una asignatura al respecto. Me parece increíble y asombroso que entre todas las asignaturas que yo tuve, y viendo las que hasta la fecha has cursado tú, nadie intente aconsejar desde temprana edad sobre que no hay que endeudarse más de lo necesario, que hay que ahorrar para un fondo de emergencia, que hay que llevar un registro de los ingresos y gastos que tenemos, etc…

Viendo que el dinero es algo que usamos día a día y que en el mundo actual no podemos vivir sin él, es hasta sospechoso ver que no nos enseñan lo básico sobre él. ¿Acaso pretenden convertirnos en deudores de por vida, o «esclavos» de un trabajo remunerado? Pero no es mi intención profundizar en estos aspectos sociales Ariana. Lo que quiero hacerte entender es que con un conocimiento básico de las finanzas personales, puedes conseguir todo aquello que te propongas; y llegar al fin último que no es otro que obtener la riqueza. Pero una de las cosas más importantes que quiero que sepas, es que la riqueza no la debes entender como el hecho de tener un montón de dinero. Nada más lejos de la realidad. Tienes que saber que la mayor parte de personas que han ganado toneladas de dinero en la lotería, lo han perdido todo en pocos años porque han creído que ser rico era adquirir un coche de lujo, una mansión, joyas caras y otro sinfín de cosas que costaban mucho dinero. Pero con el tiempo, lo que les ha pasado, es que mantener todo eso sin otra fuente de ingresos que estuviera al mismo nivel de lo que tenían que gastar para mantener todos esos lujos, les ha llevado a la ruina. Corre un dicho, del que no he podido identificar su fuente, que dice que si se reparte todo el dinero del mundo de forma equitativa entre todas las personas del planeta, en pocos años este regresaría a las mismas manos. No se si será cierto pero da que pensar sobre como usamos el dinero.

En el otro lado de la balanza, tenemos personas que tienen un estilo de vida que les permite vivir con una cantidad inferior de dinero de la que ingresan por su trabajo. Eso les permite ahorrar.

Te voy a poner un ejemplo. ¿Quién crees que vive más tranquilo entre las dos situaciones que te planteo a continuación?:

  • A) Una persona tiene un trabajo con el que gana dos mil euros al mes y un buen día le tocan un millón de euros en la lotería. Se pone tremendamente feliz y piensa que ahora podrá vivir como un rey. Así que se gasta cien mil euros en un coche eléctrico modelo Tesla. También compra una casa enorme con piscina y todo tipo de lujos en una urbanización exclusiva que le cuesta novecientos mil euros. Los costes de mantenimiento de la casa son bastante altos.
  • B) Una persona cobra mil quinientos euros al mes. Su estilo de vida entre alquiler de una habitación y gastos varios mensuales es de mil cien euros al mes. Esto le permite ahorrar cuatrocientos euros mensuales en una cuenta de emergencia donde ya ha acumulado nueve mil euros.

En realidad es bastante sencillo ver quien tiene menos gastos, quien puede ahorrar y quien aparenta ser rico. La persona A está rodeada de lujos pero se ha dilapidado el dinero de la lotería y su sueldo no le va a permitir mantener el estilo de vida que ficticiamente ha construido. La persona B tiene un colchón de nueve mil euros que le permitirían cubrir seis meses de gasto. Es decir que tiene una seguridad financiera de seis meses. Uno aparenta ser rico y otro va camino de serlo. La cuestión no es cuánto dinero tienes, sino qué haces con él. Por lo tanto, la riqueza no debes entenderla desde el punto de vista de la cantidad de dinero que hay en tu cuenta, sino del tiempo con el que puedes mantener tu estilo de vida.

Hay infinidad de casos en la historia de personas que teniendo una riqueza valorada en millones de euros o dólares, acaban en la banca rota. Conocidos son los casos del boxeador Mike Tyson, cuya fortuna llegó a los tres cientos millones de dólares y acabó fulminándose todo ese patrimonio hasta «solamente» un millón. Su mala gestión del dinero lo llevó al despilfarro más absoluto. Compró tres tigres de bengala por los que necesitaba invertir ocho mil dólares al mes para mantenerlos. Cada año, para celebrar su cumpleaños, empleaba casi medio millón de dólares. Y esto por no mencionar el proceso de divorcio y la lujosa mansión que poseía. Otro caso menos conocido en España, pero sonado en Estados Unidos, fue el del rapero 50cent. El patrón es parecido al de Mike Tyson. Pegó un pelotazo con una canción curiosamente titulada «Hazte rico o muere intentándolo». Llegó a tener 155 millones de dólares. Pero al igual que Mike Tyson, su despilfarro fue deslumbrante. Compró una mansión de treinta y siete baños que le costaba setenta mil dólares mantener. Su vida desordenada también lo llevó a tener que pagar doce mil dólares mensuales para la pensión de sus hijos, así como el desembolso de múltiples y millonarios pagos por demandas diversas.

Varios estudios demuestran que la satisfacción no es cuestión de tener muchas y lujosas cosas. Una vez superado el nivel de supervivencia, es decir, de tener las necesidades básicas cubiertas, la satisfacción aumenta levemente con el ascenso de los gastos. Sin embargo esta satisfacción llega a un punto de quiebre donde empieza a descender parabólicamente a mayor gasto y mayores lujos. Ese punto máximo de satisfacción en función del aumento del gasto, algunos autores lo llaman nivel de suficiencia (Gráfico 1). Depende de ti decidir en que punto te sentirás cómoda en función del gasto.

Yo no soy economista, ni tengo un máster en dirección de empresas. Tampoco soy bróker o cuento con un MBA (Máster en Administración de Negocios). Pero no estoy tratando de llevar la cartera de economía de ningún gobierno, ni soy el contable de una multinacional. Si el dinero es algo que todo el mundo usa día con día, debería tener un conocimiento esencial sobre el mismo. Pero en lugar de ver esas monedas y billetes de colores como un recurso, muchos lo ven como un problema. Los estereotipos que ha creado la sociedad, tienden a inculcarnos que veamos a aquellos que tienen dinero con envidia. A enjuiciar negativamente a aquellos que han sabido tener una visión diferente sobre el dinero, y que les ha permitido, bien ser libres financieramente, o conseguir ganar mucho dinero con ideas innovadoras. Deberíamos motivarnos con estos casos e inspirarnos en ellos. Hay frases que decimos los padres que os condicionan desde pequeños. Si alguna vez te digo alguna de estas frases, recrimínamelo porque te estaré influenciando negativamente hacia el manejo y la obtención del dinero. Una pequeña muestra de estas frases que espero no decirte son:

  • El dinero no cae de los árboles.
  • El dinero es el origen del mal.
  • Más dinero, más problemas.
  • El dinero no da la felicidad.
  • La gente rica es egoísta.
  • No hay suficiente dinero para todos.

La mentalidad que tengas hacia el dinero va a ser esencial. Si lo ves como un problema, como algo al que sólo lo persiguen personas malas y avariciosas, tenderás a rehuir conseguir más que el estrictamente necesario para sobrevivir, o lo que sería peor, endeudarte.

Todavía eres joven Ariana. Y eso es una gran ventaja porque como veremos, el tiempo es una variable que puede jugar muy a tu favor. Nunca es tarde, pero es mejor cuanto antes. Yo, en mis actuales cuarenta, hubiera deseado saber lo que estoy intentando trasmitirte en este libro, que además será mi propia guía de referencia. Me queda mucho por aprender, es cierto, pero como el tiempo es riqueza, necesitaba expresar lo que en este punto conozco. Y como te he dicho, no porque tenga un doctorado en economía, sino porque ha sido mi voluntad informarme y aprender. Escuchando podcasts, viendo videos de YouTube y sobretodo leyendo libros. Me he tenido que tragar mucha morralla entre todas las fuentes de información que he ido consultando, pero de vez en cuando, afloraban perlas que iba anotando. Perlas que normalmente se repetían en otras fuentes y que confirmaban que realmente eran útiles y funcionaban. Al final no esperes fórmulas mágicas y sí mucho sentido común. En algunas fuentes hasta se planteaban metodologías a seguir paso a paso. Yo te explicaré aquí mi manera de funcionar. No es un método concreto, sino una mezcla de procesos recopilados de diferentes fuentes.

Podría empezar con la siguiente máxima que usa mucho el sentido común: «No gastes más de lo que ingresas».

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